Ni el mejor pintor con sus pinceles y sus óleos puede plasmar en un lienzo un paisaje tan bonito como el que ante nuestros ojos puede ofrecernos la naturaleza, ni tampoco un compositor de música puede ofrecer a nuestro sentido del oído una combinación de notas como las que nos ofrece la naturaleza.

Yo de siempre fui, soy y seré una persona que necesita el contacto con la naturaleza, porque me da la vida, me hace sentir bien.

Muchísimas veces solo y también acompañado he recorrido kilómetros de día y también de noche. De día las vistas, los sonidos y también el sonido del silencio y olores de árboles, arbustos en flor.

La noche, caminar de noche dónde parece que un manto negro te cubre y que hasta te impide caminar creando un suspense y si levantamos la cabeza hacia el firmamento la belleza es de ser admirada. Caminar de noche y con luna llena es como estar en otro planeta.

Desde siempre que he podido y he tratado de sacar tiempo he ido a patear al campo y a la montaña llegando incluso por momentos a estar en peligro o sufrir pequeños accidentes que yo he interpretado como avisos por parte de la naturaleza.

Con precaución se puede y se disfruta mucho en la naturaleza. Este disfrute muchas veces ni con palabras lo podemos describir las personas que tanto nos gusta este tipo de aventuras.

Recordemos siempre que el ser humano es pequeño y frágil en la inmensidad de la naturaleza, mis vivencias que son muchísimas y muy variadas así lo han hecho saber , también he llegado a pensar que en alguna ocasión la aventura en la naturaleza y la montaña me ha perdonado la vida para que siga siendo un NÓMADA y siga disfrutando de lo que me ofrece y tanto me gusta.